lunes, 19 de junio de 2017

Compartir en público.





El Día Mundial de Tejer en Público, se celebra desde 2005 en varios países, siendo Australia, la nación que le diera vida, por iniciativa  de Danielle Landes, diseñadora de piezas tejidas. Tejer a Tricot (dos agujas) como a crochet (ganchillo) es una labor que por lo general se realiza en el resguardo del hogar y en la clase de Manualidades de algún colegio que aún persiste. La señora Landes quiso que los hilos fueran a la calle, como parte del compartir en comunidad, experiencia gratificante, yo  participé hace años cada jueves, que era mi día libre, en la reunión que un grupo de damas, casi todas abuelas ,hacían en un parque mientras sus nietos jugaban. Intercambiábamos conocimientos, nos mostrábamos revistas y pasábamos datos acerca de sitios en los que se vendían hilos. En muy poco tiempo la propuesta de tejer en público un día de Junio, 10, 8 o 12 (la fecha cambia) se convirtió en una semana que va desde el segundo sábado del sexto mes del año, hasta el tercer domingo del mismo, también se han incorporado otras áreas, no solo referido al tejido, caso de la costura, Patchwork, sino que se realizan conciertos, ventas de dulces, bebidas, entre otros. En países como Ecuador y España, tejer se convierte en una acción solidaria, los primeros cuentan con una asociación que se denomina GAB Gorritos y Abrigos para Bendecir, este voluntariado compuesto por  unos 60 integrantes, recibe colaboración en lanas, hilos y agujas,  tejen  gorritos y abrigos que luego distribuyen  en hospitales, horfanatos y centros de atención a personas en situación de calle,  cuentan con apoyo de la municipalidad.
En mi pequeña comunidad, más específicamente en mi calle, estuve tejiendo a las puertas de mi taller, la Semana de Tejer en público, la intención fue la de brindar a este pequeño espacio, una caricia ante tanta violencia que vive Venezuela por estos días, también una respuesta a la intolerancia que se vive fuera de nuestras casas, violación de leyes de transito, irrespeto a los transeúntes, en fin; quise dar algo de color, es un ejercicio bello el tejer, da grandes aportes a la concentración, su ejecución requiere control del aspecto secuencial y lo más hermoso, se construye belleza con las manos. Me dio satisfacciones más aún en las redes, facebook e instagram, básicamente, mantuvo a mis seguidores atentos al acontecer en cada jornada y motivó a personas que no están vinculads para nada con  artesanías, a seguirme. Desde aquí les animo no solo a salir a tejer en plazas y parques como un rescate de la sociabilidad y poblamiento de los espacios públicos, sino activarse en todo gesto que conlleve la sensibilidad, el amor, el compartir, puede ser leer, moldear, cantar, dibujar...no estemos solos, menos aún, en lo que puede ser grato.