lunes, 10 de febrero de 2020

Mi primer amiga fue un niño

Fui la menor de tres hermanos, mi hermana solo me lleva tres años, pero no le gustaba jugar. Me inventé una amiga, Petrica,la pasábamos muy bien, pero era algo limitada dicha relación. Luego llegaron unos italianos al vecindario, familia de los D' Agostini, su hijo Leonardo, un año mayor que yo,hablaba como un niño de menos edad, por ejemplo, a mi muñeca Doris, le decía "Rori". Leonardo advirtió mi soledad quizá porque era también la suya, así, solo jugaba conmigo, no con sus primos, largas horas antes de irnos a la escuela,  al regresar de ella, teníamos un mundo solo para los dos, nunca me detuve ni limité ante mis "cosas de niña", suponía que era natural, aquella persona que estuviese cerca, independientemente de su sexo,aceptaba cocinar maticas del patio en cocina y ollas de juguete, vestir a Doris y a Judith, Yajaira, el Bebé querido...incluso hacerles ropa. Él jamás sugirió un juego de varón, era maravilloso, no recuerdo tuviésemos una pelea que generase un disgusto de más de 10 minutos.
Esto le costó caro a Leo, criticado por niños y adultos, reprendido por su severo padre, adoptamos un horario, y estaba en su casa, antes de que su progenitor llegase del trabajo, no sosteníamos ninguna conversación acerca de la realidad.
Luego tuve otras amigas y otros juegos, supongo cuando crecí, y él también, sus hermanos habían crecido y quizás fueron reducidas nuestras horas lúdicas, pero mi etapa con él no tiene comparación a las compartidas con ninguna otra persona, no era mejor, era diferente, parecíamos desprendernos de quiénes éramos. 
Su familia partió a Canadá, fue a la primera persona que vi irse y esa partida no la sentí sino mucho tiempo después, la pasó muy duras, él y los suyos, nos enterábamos a través de cartas a su tía que esta nos leía. En la medida que fueron mejorando, superando escollos, también la vida de su familia aquí, y la mía enfrentaba otros retos,rara vez nos enterábamos de cómo estaban, pero las noticias eran buenas, nació su hermana, se graduó, se casó, tuvo hijos,así llega el olvido, las largas horas de encantamiento, se redujeron a esporádicos minutos de recuerdo. Hace pocos años su mamá vino, nos contó de la bella familia que  había hecho Leonardo, el trabajo que tenía, reeditamos aquellos preciosos momentos de la infancia, de los cuales,ella, su madre, sabía  mucho menos de lo que pensé, no le mandé nada, solo saludos, retribuyendo los suyos, sabía que con ellos mediaba eso borroso de lo que ya pasó y algo de nostalgia,irremediable, más, sin intención mínima de retomar el nexo que nos unió.
Hoy me enteré que Leonardo sufrió un infarto y murió, primero el impacto, luego me sentí profundamente triste.