viernes, 1 de mayo de 2020

Los Hapinui en el cine

Una noche estaba mi mamá viendo una película y llamó mi atención escuchar la bella voz que traerá a mi siempre la ternura, la sencillez, la belleza, la del desaparecido cantante hawaiano Gabby Hapinui (22-04-1921 - 13-10-1980) y una de las canciones que hacía sonar en mi programa radial, en diferentes versiones, para morir y vivir de ternura, Hi'ilawe. Dejé lo que hacía y vi la película con ella, The Descendents protagonizada por el insípido George Clooney, que esta vez, estuvo mejor,trama sencilla, facilita, pero su banda sonora integrada mayormente por los sonidos de la Isla, lo cual me hicieron verla hasta el final. 
Hace unos años volví a la casa materna y aquí paso largas temporadas, retomé con ella, el hábito de ver películas en nuestro descanso nocturno Tradujeron con el título de Bajo el mismo Cielo, (Aloha, el original) una de las del primer grupo, del realizador Cameron Crowe, Casi Famosos, lo que le valió un Oscar, hace 20 años, y de la cual no hay rasgo alguna en esta, no es una trama nteresante,, algo tonta, más bien, su banda sonora la integran buenas canciones, incluyendo algunas  lindas de Hawai, pero la escena final, me guardaba una sorpresa, en ella, una niña aprendiendo Halu (danza, en idioma hawaiano) es "visitada" por un hombre,tras el vidrio del salón en el que se encuentra,ya se conocían, y sabía que él era de los afectos de su madre, el asunto es que con un lenguaje de miradas el hombre (Bradley Cooper) le revela a la muchacha (Danielle Rusell)que es su padre, con ello viene una carga emotiva y de trabajo actoral que no se puede desestimar, aunque no me resulte impactante ("bello" no necesasriamente es "bueno") por maravilloso, pero a lo que voy, la canción que están danzando es Ipo le Manu! cantada por Cyril Pahinui (21-04-1950 Wainao, Hawai, Estados Unidos-17-11-2018 Honolulú, Wahai, Estados Unidos) el hijo de Gaby! a quienes me conocen, suponen que emoción para mi.
En días pasados, de estos de cuarentena, en el que he visto de todo, repusieron el citado film, si, lo que imaginan, dejé correr hasta llegar a esa escena última.
Ipo le mani es una canción emblemática de Hawai por muchas razones: fue compuesta por la reina (consorte) Julia Kapi' olani, para su esposo, el rey David Kalakaua en los días que este último viajó a San Francisco (U.S.A) por motivos de salud, la canción habla del amor utilizando la figura poética hawaiana, la del pájaro 'i'iwi.  Kapi'olani era muy querida en la Isla, sus labores sociales,eran recurrentes, específicamente de atención a los enfermos de lepra, y asistencia materno-infantil, esta última, se mantiene en la actualidad. Al parecer, la unión de los reyes, no obedecía a los tradicionales arreglos políticos y familiares, pues la boda se celebró en 1863 y Kalakaua es nombrado rey en 1874, vale decir, que esta canción la escribe una mujer enamorada. Ipo le Manu, ha sido interpretada por muchos cantantes , incluso por el mismo Gabby Pahinui, más, comparto esta, la de su hijo Cyril,  que hace corolario a la escena, porque la versión está impregnada de la escuela al vocalizar, que dejó Pahinui padre, es como un "freno" en las palabras de cada frase, de forma muy nasal, es, de hecho, un estilo de canto tradicional, pero rescatado por este artista para hacerlo como más nadie, y heredado por su hijo.  Busqué varios enlaces buscando que apareciese la escena hasta el final, en ella, enfocan las manos de la joven, estas en movimiento, lo que significa en los Hula, el desarrollo de una historia, en la cual, la naturaleza protagoniza, pero además, ese giro de las manos, también significa añoranza, anhelo. El rey David Kalakaua no tuvo tiempo de escuchar la canción, ya que murió en la ciudad a la que fue buscando sanar. Algunos sostienen que la compositora, al enterarse de este fatal suceso, sustituyó los versos, que hablaban de la espera, del amor que regresa, por los que remiten a la ausencia y la soledad. 

Va para ustedes esta anécdota cinematográfica con moraleja, de todo los que nos puede dejar una película poco interesante, de trama lineal, creo que en primer lugar, es aleccionador para mi misma, que con frecuencia, busco la obra perfecta, bien dirigida, impecable guión y actuaciones, preciosa fotografía, música sublime y que por añadidura, me entretenga!

lunes, 10 de febrero de 2020

Mi primer amiga fue un niño

Fui la menor de tres hermanos, mi hermana solo me lleva tres años, pero no le gustaba jugar. Me inventé una amiga, Petrica,la pasábamos muy bien, pero era algo limitada dicha relación. Luego llegaron unos italianos al vecindario, familia de los D' Agostini, su hijo Leonardo, un año mayor que yo,hablaba como un niño de menos edad, por ejemplo, a mi muñeca Doris, le decía "Rori". Leonardo advirtió mi soledad quizá porque era también la suya, así, solo jugaba conmigo, no con sus primos, largas horas antes de irnos a la escuela,  al regresar de ella, teníamos un mundo solo para los dos, nunca me detuve ni limité ante mis "cosas de niña", suponía que era natural, aquella persona que estuviese cerca, independientemente de su sexo,aceptaba cocinar maticas del patio en cocina y ollas de juguete, vestir a Doris y a Judith, Yajaira, el Bebé querido...incluso hacerles ropa. Él jamás sugirió un juego de varón, era maravilloso, no recuerdo tuviésemos una pelea que generase un disgusto de más de 10 minutos.
Esto le costó caro a Leo, criticado por niños y adultos, reprendido por su severo padre, adoptamos un horario, y estaba en su casa, antes de que su progenitor llegase del trabajo, no sosteníamos ninguna conversación acerca de la realidad.
Luego tuve otras amigas y otros juegos, supongo cuando crecí, y él también, sus hermanos habían crecido y quizás fueron reducidas nuestras horas lúdicas, pero mi etapa con él no tiene comparación a las compartidas con ninguna otra persona, no era mejor, era diferente, parecíamos desprendernos de quiénes éramos. 
Su familia partió a Canadá, fue a la primera persona que vi irse y esa partida no la sentí sino mucho tiempo después, la pasó muy duras, él y los suyos, nos enterábamos a través de cartas a su tía que esta nos leía. En la medida que fueron mejorando, superando escollos, también la vida de su familia aquí, y la mía enfrentaba otros retos,rara vez nos enterábamos de cómo estaban, pero las noticias eran buenas, nació su hermana, se graduó, se casó, tuvo hijos,así llega el olvido, las largas horas de encantamiento, se redujeron a esporádicos minutos de recuerdo. Hace pocos años su mamá vino, nos contó de la bella familia que  había hecho Leonardo, el trabajo que tenía, reeditamos aquellos preciosos momentos de la infancia, de los cuales,ella, su madre, sabía  mucho menos de lo que pensé, no le mandé nada, solo saludos, retribuyendo los suyos, sabía que con ellos mediaba eso borroso de lo que ya pasó y algo de nostalgia,irremediable, más, sin intención mínima de retomar el nexo que nos unió.
Hoy me enteré que Leonardo sufrió un infarto y murió, primero el impacto, luego me sentí profundamente triste.

miércoles, 22 de enero de 2020

La pequeña estrella del mundo

De los grandes tesoros musicales que tenemos los latinoamericanos se encuentra la música de México, y Manuel María Ponce (Fresnillo, Zacatecas, Ciudad de México. 08-12-1882) como una de sus joyas más relucientes. Compositor de canciones populares, infantiles, música académica, pianista, y definitivamente un innovador en cuanto a crear piezas para el repertorio lírico, con el sabor mexicano. Se han suscitado algunas polémicas en cuanto a la autoría de sus obras, del género popular,  ignoro si ha sido comprobado, de allí que en el motivo de esta entrada, afirme que "Estrellita" canción interpretada por artistas en su mayoría del bel canto, pertenece al compositor azteca, sin descartar que pudiese estar equivocada. 
Estrellita pertenece al cancionero popular mexicano, es cierto, pero, es un imprescindible en todo repertorio clásico, ofrece una oportunidad de lucir los más preciosos registros a tenores, sopranos, barítonos...
Al momento de elegir la interpretación de esta publicación, me vi envuelta en serias dificultades, todas son maravillosas, Kraus, su paisano Villazón, por citar dos ejemplos en voces masculinas. A la hora de sortear, me quedé con la subyugante versión del peruano Juan Diego Flórez  (Lima,Perú 13-01-1973) este tenor la canta, de la única forma que se puede hacer con ella, entregándose, saboreando el fraseo, y en su caso, con tan limpia dicción, pues, la convierte en poema cantado que emociona, maravilla. 
Ha sido la forma que encontré de desear un 2020 luminoso,lleno de belleza, irradiante de bien.