sábado, 25 de junio de 2016

El muchacho que se niega a morir

Desde esta etiqueta y en mis conversaciones, siempre he llamado al telescopio espacial Hubble, "mi muchacho", porque es tan joven, aún así nos ha contado en increíbles gráficas las más ancestrales historias del universo, galaxias, nebulosas, y todo habitante que hay en él


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Para 2008 se anunciaba sería desintegrado, pues ya la ingeniería óptica espacial había evolucionado tanto, que esta inmensa lente, habría quedado caduca, para ese entonces, dos cosas me preocupaban enormemente, una que desapareciera para siempre el Cíclope vidente del universo, la otra, todo el desperdicio que sería lanzado al espacio, esparcido parte de él en el mar, asunto que hasta los momentos no me he enterado esté resuelto, una réplica del Hubble será lo que veamos exhibido en el museo astronómico, por las lógicas razones de trasladarlo a tierra desde el espacio, en las que jamás pareciese haber pensado nadie, se creyó que tenía el arquetipo del "adolescente eterno". Pero fue reparado "repotenciado" diríamos por aquí y volvió a salir con muchas ganas de mostrarnos TODO!
Luego, otra amenaza, en el 2012, se volvió anunciar que el 1 de Julio de 2016, cesarían las funciones, otra vez triste, temas de conversación en mi tienda-taller, en cafés o heladerías, otros lugares de trabajo...en reñida alternancia con el tema Venezuela y en escala de preocupación similar, aún midiendo las distancias.
Hace unos días recibo la buena noticia de que su vida y trabajo en el más mínimo rincón del espacio celeste, se extenderá hasta el 2021, así que otro respiro, me seguirá acompañando su agudo rayo, su silenciosa poesía de los más increíbles colores.
Mi solicitud de siempre ¡mirar hacia arriba!
Mi intención constante: ¡por la enseñanza de la astronomía en las escuelas! 
Mi lucha firme: ¡por el derecho a cielos limpios para su contemplación!  
Mi único deseo: ¡que tengan excelentes cielos!
FOTOS: El Aguila, El Caballo, la Jerusalén del cielo

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