lunes, 17 de enero de 2011

Música y devoción aquí


14 de Enero,fecha muy significativa para este Venezuela,es un día que mueve lo devocional,lo espiritual...lo divino. Nace en el Occidente del país,en Barquisimeto,capital del Estado Lara,se trata de la visita que hace la imágen de La Divina Pastora a la ciudad de Barquisimeto,desde la Iglesia de Santa Rosa,en la población que lleva ese nombre.
Esta tradición es centenaria,la visita de 2011 fue la # 155,los católicos promesantes se trasladan desde todos los rincones del país y de algunos países cercanos para caminar junto a la "divina" un recorrido mayor a los 7 kilómetros.
Convergen en este evento,feligresía de todos los sectores,políticos, industriales,estudiantes, trabajadores de todos los sectores,amas de casa,niños,incluso desde 1979 se realiza un maratón de carrera,que los deportistas o personas que siguen una rutina,seleccionan esta particular forma de "pagar" su promesa.
Esta vez, los entrevistados que participaronen la cita,al ser interrogados del por qué su presencia allí,exponían su favor concedido y coincidían en una misma petición: PAZ PARA EL PAÍS, en verdad este pueblo ha hecho grandes esfuerzos por lograr tan vital objetivo y esta vez,se unió en voz y devoción para hacer este petitorio,desde este espacio,sumo mi plegaria,para que esto nos sea concedido.

La noche del 13,los músicos de la región se trasladan hasta la Iglesia de Santa Rosa y allí le dan una Serenata a la virgen,en Barquisimeto la música es un imprescindible medio de expresión,a esta ciudad se le conoce como la capital musical de Venezuela,pero la canción que jamás se ha dejado de escuchar es la que los larenses sienten como su segundo himno,la Canción Endrina de un extraordinario músico de allí ya fallecido,Napoleón Lucena,la música es de Manuel Rojas,otro valor regional.
En verdad no tomaba una decisión si colocar esta entrada en la etiqueta de canciones con historia o en esta....
Deleitense con esta joya musical de nuestro tierra



Endrina
Letra: Napoleón Lucena.
Música Manuel Rojas

Ay! siendo tanto mi amor
tú, tú lo quieres matar;
mujer, por qué tiendes dolor
a aquél que te ha sabido amar.

Se marchitaron las rosas,
mas no quisiera partir;
sin ti mueren mis esperanzas,
sin ti yo no podré vivir.

Adiós, mujer, adiós;
la ausencia de tu amor
yo sufriré;
si lo dispuso Dios,
si lo dispuso Dios,
yo partiré.

¿A dónde iré... a dónde iré?
proscrito de tu pasión;
si ayer nomás con tanta fe
me diste tu corazón.

Mas si el desdén
con su impiedad
mi hiere sin más perdón,
yo... yo con piedad
perdónote tu traición.

Adiós, amor, adiós,
la sombra del pesar me seguirá;
la dicha de los dos,
la dicha de los dos fenecerá...

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