Flaco,Do,la cosa,mi amor,mi hermano,mi amigo y yo,estábamos como la mayoría de las mañanas sabatinas en mi tienda,conversandonos,comiendo,peleándonos,riéndonos,"cuenteandonos",más otra emoción se agolpaba en mis palabras,pues supe la noche anterior que sería visitada por Manolo,ManuelGonzález,compañero,pana,hermano,amigo,después de una década o quizás más,sin vernos,estaríamos arrebatándonos de cariño cada palabra,cada anécdota y recuerdo.
Lulú,su esposa,nos había conocido a Flaco,a su hija y a mi,meses antes,de una forma muy mágica(como siempre ocurre)que en otra entrada les contaré,ella fue por asuntos de trabajo a San Felipe y en esta oportunidad decidieron juntarse allí y seguir de paseo de enamorados el fin de semana y ocurrió este encuentro,de esos que se quedan en el recuerdo y que nos salvan del llanto o la tristeza en esos días que estas nos invaden;fue una mañana de encontrarse de quererse,de saberse así en el afecto del otro de tener la certeza de que distancia y tiempo no acortan cariño,de sentir que Lulú no es nueva en mi vida,sino que es el amor de mi amigo,mi amiga entonces y de mi querencia.
La felicidad son esas partículas brillantes que siempre están rodeándonos,que quizá por pequeñas a veces no se ven,pero que yo por fortuna,soy como un imán que las atrae,me alimentan,me crecen dentro,las comparto con estos y ustedes,amores míos.
2 comentarios:
Sarita que hermoso ese recuerdo plasmado en tu blog, cierto amiga nos conocemos de siempre, de ayer de mañana, y este conocernos cuenta con amores, amores lejanos, cercanos, de ahoritica. Partículas minúsculas como lo dices, que aspiramos y van recorriendo caminos indescifrables, penetran y nos dan un bálsamo, el de las pequeñas cosas que nos hacen sonreír un día cualquiera como hoy. Gracias
Gracias a ti por venir,por traerme a Manolo.Mil besos
Publicar un comentario