viernes, 8 de mayo de 2009

Lo que pasó el día del idioma.

El día del idioma no pude celebrar en artesarita,un par de amigos me felicitaron,algunos mas lo hicieron por mensajes de texto y luego me enteré que en una plaza de San Felipe,estuvieron leyendo poemas,¡Bien hecho!,eran jóvenes en su mayoría,aunque no supe de la actividad en su momento,igual me alegré y espero que los asistentes lo hayan disfrutado,recuerdo otras épocas en las que los que escribimos íbamos de ciudades a otras a leer nuestros textos,así se estrechaban lazos con poetas que solo conocíamos por sus libros,también otras ciudades,lo más hermoso,lo que más añoro,era la libertad que teníamos de leer lo que quisiéramos en el espacio que fuese,la mayoría de las veces los coordinadores,los jefes de dependencias y departamentos no asistían,pero nadie nos obligaba a nombrarlos,jamás vi una pancarta con la cara de un político en la entrada del lugar a donde fuese a leer o a escuchar,nadie nos tildaba defensores o retractores de nada,los calificativos propios de quienes ven el hecho de la escritura como otra cosa,no como un oficio.Tampoco pretendíamos que se modificaba nuestro hacer,asistían los que querían, no a quienes obligaban o porque el acto estaba "organizado por el partido y me debían ver con el atuendo de rigor"...
Creo que las nuevas generaciones tienen grandes desafíos y en lo que respecta al idioma,el primero es hacerle honor al mismo,dándole un buen trato,defenderlo de las garras de la chabacanería y deformación(equivalente en violencia, a los gritos o golpes como agresión física)y con respecto a los que escriben,hacerlo porque se entiende y se asume que es un vivir de adentro,no para que le guste a otros,para que se sientan complacidos,no porque está de moda hablar de ciertas cosas,porque hay términos que suenan bien aunque por su desface y anacronismo,ya no tengan sentido,si la poesía no es para hacerte libre,la libertad no dejará de ser un sueño.

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