domingo, 18 de octubre de 2009

pendiendo del cuello.





Cuando encontré estas esferas planas con flores,semejando muy respetuosamente una concha de nácar,pensé en uno de estos accesorios para el cuello,que no son collares y que saben me place en demasía hacerlos.
El hilo,acrílico-nylon sedoso de dos cabos,uno ladrillo y el otro verde,justo en los tonos de la flor y su follaje sobre el blanco perla de los círculos.
Las piezas van sujetas a cada extremo de una cadena tejida a croché,muy larga,para así poder jugar con ella,darle dos,tres vueltas,anudarlo,cerca del cuello o del pecho,más abajo incluso,es,si se permite el término en este caso,un accesorio interactivo.
En la primera foto se observa la caja donde se guardan,hechas en origami,de colores en armonía con los del trabajo,dentro, la recomendación de hacerlo enfrentando los reveses,separados por el papel de seda,a fin de no rallar el estampado.
Se que no son inherentes al mundo de la lecto-escritura,aún así,también se van de jornadas,quizá una de las investigadoras asistentes,quiera llevarlas

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