viernes, 16 de octubre de 2009

Privelegio de tener a Silva Estrada.

Ha muerto un custodio de la palabra,de esa,sentida y pensada para luego ser escrita y llevada hasta la otredad.
No puedo afirmar si la poesía venezolana carecía de rigurosidad del lenguaje en la mayoría de sus protagonistas,antes de Silva Estrada,lo que si siento es que este escritor,nos condujo por los caminos de las palabras pensadas,para colocarla una delante o detrás de otra.
Juan Liscano llegó a afirmar que este poeta anteponía la racionalidad al sentimiento,yo digo que sus poemas eran una lección de escritura,leerlo es asistir al acto de decantación hasta llegar a la pureza del verbo.
Este hombre tenía ese gesto que tanto he comentado aquí y que saben me lleva al delirio,como es saber que en lo que hacía,había conciencia del oficio y que como el diría en una oportunidad,"soy digno de ser poeta".
Pienso,si así como hemos visto cierto empecinamiento en "propiciar" la masificación de los poetas,existiera la intención de "buscar","descubrir" y "formar" la escritura,una así,transparente,limpia,digna,como la de Alfredo Silva Estrada.Y digo buscar,porque sé que esos caminantes existen,descubrir,porque no los oyen y formar,porque no es un rasgo de amplitud ni de inclusión decir que todo el que escribe es poeta,llegando en muchos casos a extraviar la condición de escritor.
Este era un autor de los que deberían estar en los contenidos programáticos de escuelas y liceos,no para que pase al renglón de los masificados,sino porque hace falta(y mucha en este momento),es un maestro que enseña a escribir desde la poesía.
Recuerdo unos versos suyos en donde la levedad del verso,la sentimos venir desde un lugar íntimo del pensamiento:
Amamos también algo que pasa
algo detenido brevemente en las sombras.
En su libro acercamientos.
Alguna vez dijo que fue feliz y que la única mancha en esa felicidad,había sido la enfermedad que lo condujo a la muerte anteayer,un hombre así,nos habló del dolor,del destierro de la muerte,eso ocurre cuando se sabe escribir.

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