miércoles, 25 de marzo de 2009

una historia triste.

Moraima me envió un correo y finaliza diciendo que espera leer mis poemas,decido enviarle uno de mi segundo libro "Bajo los Soles de La Villa" y aprecio que allí,hay una historia.

Después que Yorgos se fue
a su gélido y oscuro Hungría
yo fui a la casa por fragmentos de algo
aún olía sándalo
permanecían en la pequeña mesa
las palabras de Patten
las locuras de Rimbaud.
La sala por primera vez,que grande
la pared casi no lograba sostener
la copia de Manet.
Caminé hasta la cocina
las despensas,como llorando
mucha agua (se descongelaba la nevera)
sólo habían dos butacas
los fragmentos de la tercera
estaban cerca,arrinconados
recordándome su ira.
Fui hasta el cuarto
una de las pequeñas lámparas
en pugna contra la brisa
para salvar su llama
la ventana abierta
enmarcando la petunia.
Todo estaba igual
hasta un poco de ropa
y sus grandísimos zapatos.
Cómo ayudar a la tía Fedora
a recoger todo aquello?
me dolían la espalda,los ojos,la ausencia
comencé por los discos
los cantos sacros
y el jazz
los enores que amamos
los cantantes de coplas
que le hice conocer
Me dije entonces:
que se pudra el arroz dulce
que los polillas den cuenta
de los algodones coloridos
no sé para que tanta música
si aquí nunca mas habitará el amor.

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